Puede parecer un cliché, pero los investigadores sostienen que el "poder del pensamiento positivo" realmente funciona, aunque aún no están exactamente seguros de cómo o por qué2.
El pensamiento positivo, o una actitud optimista, es la práctica de enfocarse en lo bueno de cualquier situación y puede tener un gran impacto en la salud física y mental1.
Eso no significa ignorar la realidad o tomar a la ligera los problemas. Simplemente, abordar lo bueno y lo malo de la vida con la expectativa de que las cosas van a salir bien1.
El pensamiento positivo y el diálogo interno
El pensamiento positivo a menudo comienza con el diálogo interno, ese flujo interminable de pensamientos no expresados que pasan por la cabeza. Estos pensamientos automáticos pueden ser positivos o negativos. Algunos provienen de la lógica y la razón, pero otros pueden surgir de conceptos erróneos debido a la falta de información.
Si los pensamientos que pasan por tu cabeza son en su mayoría positivos, es probable que seas un optimista3.
Los beneficios
Los investigadores continúan explorando los efectos del pensamiento positivo en la salud. Algunos de los beneficios que podría brindar son3:
● Mayor esperanza de vida.
● Tasas más bajas de depresión.
● Menores niveles de angustia.
● Mayor resistencia al resfriado común.
● Mejor bienestar psicológico y físico.
● Mejor salud cardiovascular y menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
● Mejores habilidades para afrontar las dificultades y los momentos de estrés.
El mecanismo de conexión entre la salud y el pensamiento positivo aún no es claro4. Una teoría es que tener una visión positiva permite afrontar mejor las situaciones estresantes, lo cual reduce los efectos nocivos del estrés en el cuerpo3.
Por otro lado, también se cree que las personas positivas y optimistas tienden a vivir estilos de vida saludables: hacen actividad física, tienen una dieta saludable y no fuman ni beben alcohol en exceso3.
Desde una perspectiva psicológica, cuando las personas piensan que les ocurrirán cosas buenas, son más propensas a esforzarse porque sienten que lo que hagan marcará la diferencia en el logro de un buen resultado. En otras palabras: la calidad de los pensamientos determina la calidad de vida5.
Es cierto que no es posible cambiar la realidad, pero sí se pueden enfrentar las situaciones difíciles con una actitud mental positiva. Es la forma para sentirse más satisfecho interiormente, resolver mejor las situaciones e influir a tu alrededor de una manera positiva5.
Técnicas para pensar en positivo
Una buena noticia, sobre todo para los pesimistas que suelen esperar los peores escenarios, es que el pensamiento positivo es una habilidad que se puede aprender2.
A continuación, algunas técnicas que pueden ser útiles para adoptar un visión optimista4:
● Simplemente, sonreír más. Un estudio de la Universidad de Kansas demostró que sonreír, incluso aunque sea una sonrisa falsa, reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante situaciones estresantes.
● Practicar el reencuadre. Por ejemplo, si uno está atascado en el tráfico, en lugar de estresarse, se puede cambiar el foco y agradecer por tener un auto y pasar unos minutos más escuchando música.
● Construir resiliencia. La resiliencia es la capacidad de adaptarse a situaciones y pérdidas estresantes y/o negativas. Para construirla, los expertos recomiendan mantener buenas relaciones con familiares y amigos, aceptar que el cambio es parte de la vida y actuar en vez de esperar que los problemas desaparezcan o que se resuelvan solos.
Si tiendes a tener pensamientos negativos, no esperes volverte una persona optimista de la noche a la mañana. Pero con la práctica, puedes lograr una visión positiva de la vida1. ¡Prueba realizar los ejercicios propuestos para lograr resultados!
