Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Antes de enterarnos de una mala noticia, siempre existe una sospecha y crece la ansiedad de conocer, o descubrir, qué sería aquello que está comenzando a causar molestias en nuestro cuerpo. Sin importar la edad, el hecho de que el tiempo de vida de una persona se vea amenazado de alguna manera, es una situación que se transforma en un detonador de ansiedad automático.
El individuo atraviesa por distintas etapas como: la sospecha de la enfermedad; realización de estudios médicos; el momento de la inesperada noticia y luego del diagnóstico existe la posibilidad de que la persona deba pausar sus actividades laborales, para comenzar con los tratamientos correspondientes. (1)
Se podría percibir una sensación de duelo, conocida como un proceso de “irrupción” en el que abunda la desesperanza, la sensación de pérdida y desesperación, continuado por otro momento, quizás, incómodo en donde se decida continuar la vida como era antes. (1)
¿Qué pasará mañana?, ¿con quién contaré en el futuro?, ¿a quién puedo contarle lo que me está pasando?, ¿debo seguir trabajando? Existen muchas preguntas que para el primer momento aparecen sin alguna respuesta, sin embargo, la información tanto para el paciente, como para las personas que habitan a su alrededor marcará un antes y un después. (1)
¿A qué se enfrenta el trabajador que es diagnosticado con una enfermedad?
Cualquier persona teme por su propia vida luego de ser diagnosticado; no obstante, es un error quedarse con la primera opinión. Todo individuo tiene derecho a continuar con la búsqueda de diversas opiniones que coincidan y lleguen a la misma conclusión: el resultado de la enfermedad. (2)
La persona podría desarrollar cuadros de cansancio, depresión, ira, e incluso la intención de querer imposibilitarse antes de tiempo. (3) El individuo no puede pensar con claridad y, por ende, tras el sentimiento de atasco, esquiva la toma de decisiones por completo. Puede tratarse de algo momentáneo o, quizás, crónico, pero todo depende de la persona.
Las incidencias que afectan la vida laboral del trabajador son variables. A pesar de ello, las redes de apoyo y la búsqueda de la ayuda de amigos, familiares y profesionales para definir la mejor opción terapéutica, según sea el caso, juega un papel fundamental en cómo se podrá vivir el padecimiento (1).
Se trata de una situación que requiere que el individuo consiga la voluntad para encontrar las herramientas necesarias que lo ayuden a lidiar con situaciones de incertidumbre. La técnica de la respiración controlada es una de las más recomendadas dentro de la psicología, para manejar los momentos de ansiedad y angustia. (4)
Inhalar y exhalar detenida y controladamente, no sólo ayudará a tomar un estado de consciencia, sino que abrirá paso para la introspección y la calma, factores indispensables que permitirán mantener la concentración en la jornada laboral y la buena actitud que conducirá a la persona a una pronta recuperación.
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